viernes, 11 de mayo de 2018

Retorno a Tanjung Puting | Orangután, "Gente del Bosque"

Segunda entrega en vídeo de nuestro "Regreso a Tanjung Puting".
Si en la primera nos ocupábamos del mono narigudo endémico de Borneo, una especie catalogada como muy amenazada por la poca población que va quedando en estado salvaje, en torno a unos 7.000 ejemplares en toda la isla, ahora nos centramos en la especie "estrella" y más conocida de Indonesia, aunque sólo lo podremos encontrar en Borneo y en el norte de la isla de Sumatra.
Durante el trayecto que realizan los Klotoks, se hacen varias paradas en los puntos de alimentación donde acuden diariamente los orangutanes a recoger los alimentos que depositan los rangers sobre unas plataformas de madera, y en los que los visitantes de este Parque Nacional se dan cita para tener el privilegio de observarlos en libertad.

Estos tres puntos de alimentación son Tanjung Harapán, Pondok Tanggui y Camp Leakey.
El orangután, que significa literalmente "gente del bosque" es un simio dotado de una gran inteligencia, con el que los humanos compartimos más del 95% de nuestra genética, lo que lo convierte en uno de nuestros parientes vivos más cercanos.
Hay que destacar que el Parque Nacional Tanjung Puting sirve también como centro de rehabilitación para mucho de los orangutanes que viven aquí. Ejemplares huérfanos o liberados de su anterior cautiverio son reintroducidos en su hábitat natural y parte de este proceso de readaptación es la alimentación diaria a través de esas plataformas.
Las hembras con su bebé colgando son las primeras en aparecer desde lo alto de los árboles y descienden para alimentarse con las bananas y la leche depositada en la plataforma. Con suerte aparecerán los enormes machos con sus carrillos hinchados.
En esta mesa también se suele dejar ver el primo menor del Orangután, el Gibón.
La cuestión clave aquí es si los humanos y los orangutanes podemos coexistir, así que con el objetivo de solventar este dilema, este Parque Nacional Tanjung Puting da trabajo a personas locales que por lo general, se han criado en estos bosques y sus conocimientos del entorno, así como su destreza como rastreadores, los convierten en un activo de mucho valor.
La educación, el empleo y el creciente aumento del turismo, han sido elementos fundamentales en el movimiento conservacionista de base iniciado aquí por Biruté Galdikas.
Al proteger a los orangutanes y al, cada vez menor hábitat selvático, se está promoviendo una relación casi simbiótica entre lugareños y estos grandes simios.
Los orangutanes, dependen del trabaja que se está haciendo porque de esta manera es Parque Nacional está protegido, pero al mismo tiempo, las personas dependen de ellos porque les proporcionan una poderosa plataforma para trabajar. De modo que cobran por alimentar y proteger a los orangutanes, y al mismo tiempo gente de todas las partes del mundo acude aquí para tener el privilegio de verlos en libertad.
Como todos los grandes simios, son capaces de acumular y transmitir conocimientos aprendidos de sus mayores. Una de estas habilidades es las construcción de los nidos en los que duermen como podremos comprobar en una de las secuencias de este vídeo.
Hasta hace poco, el macho más espectacular de Camp Leakey era Tom, el que por las informaciones que me dan los amigos que dejé allá, fue derrocado por Carlos el nuevo y actual macho dominante en ese sector. De Tom se dice que se retiró al interior de la selva. Es muy fácil observar orangutanes completamente salvajes sentados en los entarimados de madera de los embarcaderos, pero precaución. Algunos son engañosamente mansos, no hay que darles de comer ni tocarlos, pueden morder y algunos son proclives a robar bolsos a los visitantes. Mi amigo Isai y yo recibimos una pequeña y divertida advertencia en una de las pasarelas que pudimos recoger para este vídeo.
La población de orangutanes ha disminuido en un 80% en los últimos 20 años, debido sobre todo a la pérdida de su hábitat, se calcula que actualmente sólo quedan12.000 ejemplares en toda la isla de Borneo.
Aunque la extinción sea irreversible, aún no es demasiado tarde para salvar lo que queda. Quizás logremos que nuestros hijos puedan verlos con sus propios ojos.
Mientras haya personas dispuestas a afrontar este reto, hay esperanzas de que este poderoso sistema fluvial y sus habitantes sobrevivan.
Como un turista responsable, y aficionado a las artes visuales, asumo mi papel y con mi pequeño granito de arena, seré uno de los embajadores del Parque Nacional Tanjung Puting. Es muy importante, que el mundo sepa de la exisencia de estas crianturas.


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